Mientras los peces beben
Pero mira cómo beben los peces en el río Pero mira cómo beben por ver al Dios nacido Esos versos son el estribillo de un villancico tradicional. Me pregunto si muchas personas equivocaron la metáfora. Siempre me ha sorprendido la cantidad de bebidas alcohólicas que se consume para las Fiestas. Es común ver en los supermercados carros llenos solo de bebidas y cajones completos de botellas de cerveza. ¿Acaso un cierto estado de ebriedad es condición necesaria para celebrar y disfrutar? ¿Será que una persona alcoholizada cree poder lidiar mejor con emociones intensas y verdades guardadas? Es como si el circo montado por la sociedad solo pudiera soportarse bajo los efectos estimulantes para algunos y narcóticos para otros, de las bondades del alcohol. No pretendo ser moralista ni quiero hablar hoy de los efectos nocivos en la salud. Quiero reflexionar sobre el escapismo de las emociones, sobre la elección de perder consciencia y entrar en un mundo onírico y difuso ...