Geriátricos de por aquí

La mayoría tienen nombres acogedores con la palabra ‘hogar’, nombres de marcas importantes o caballerizas de alta alcurnia. A simple vista y si no excedemos la estadía en más de una hora en días de visita o días de fiesta, el lugar tiene un jardín, un sector de plantas y hasta se huele perfume en el ambiente. Basta quedarse más de una hora o visitar a los ancianos en horarios o días poco frecuentes para descubrir otra realidad. Las postales pueden variar un poco pero los detalles golpean los sentidos sin piedad y nos llenan de impotencia y espanto. Las sillas de rueda se amontonan (junto con sus dueños) en una sala comedor con una gran pantalla de televisión. Quienes no tienen silla de rueda, están atados a sillas comunes con trapos o cintas de tela. En un rincón los asistentes y enfermeros pueden tomar su media tarde a pesar del hedor a orín por los pañales y ropa pasados y sin cambiar. Algunos ancianos hablan entre ellos, como pueden. Cuando llega u...