De maestros y aprendices

No hay un solo Maestro
ni tampoco un solo Aprendiz.

Vamos por la vida
bebiendo de cada fuente
el agua que nos colma.

A veces las mujeres
de caderas anchas
y polleras ondulantes,
enseñan a los hombres
sobre la ternura perdida.

Otras veces los hombres
de semblante sereno
y palabras como río manso,
enseñan a las mujeres
a aquietar sus mares.

Sin embargo,
la verdadera sabiduría
llega cuando el espejo
nos devuelve al Maestro
y dejamos de buscar afuera
un eco que valide
la magia que nos habita.

Soledad Lorena ©
Tejedora de Palabras

Maestra de Palabras
Aprendiz de caminos.

Susannah Lorenzo
Tejedora de Puentes

Madrugada
03 de marzo 2020






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