De maestros y aprendices

No hay un solo Maestro ni tampoco un solo Aprendiz. Vamos por la vida bebiendo de cada fuente el agua que nos colma. A veces las mujeres de caderas anchas y polleras ondulantes, enseñan a los hombres sobre la ternura perdida. Otras veces los hombres de semblante sereno y palabras como río manso, enseñan a las mujeres a aquietar sus mares. Sin embargo, la verdadera sabiduría llega cuando el espejo nos devuelve al Maestro y dejamos de buscar afuera un eco que valide la magia que nos habita . Soledad Lorena © Tejedora de Palabras Maestra de Palabras Aprendiz de caminos. Susannah Lorenzo Tejedora de Puentes Madrugada 03 de marzo 2020