Entre lo místico y lo urbano

Respeto al monje
que entre claustros y silencios
hace de su monasterio
el mundo.
Escucho sus enseñanzas
aprendo de sus contemplaciones,
pero su hábito me recuerda
que él vive adentro y yo afuera.

Celebro al ser pedestre
que aún ignorando sus alas
se reconstruye en silencio
y posa con bondad su mano
en el corazón maltrecho,
y bendice con una sonrisa
el mal día del peregrino.

Hay plegarias que no se rezan
hay mantras que no se cantan.
Un rosario de buenas actitudes
puede más que cien penitencias.
Una lluvia de palabras amables
vuelve sagrado el verbo
y destierra los silencios.

Cada quien elige un sendero
y hace de su Dios,
una estampa en su billetera
o el habitante de su latido.

El Universo es solo uno
mas cada par de ojos
lo mira desde su cielo,
y Dios toma la forma
del corazón que lo aloja.

Soledad Lorena ©
Entre lo místico
y lo urbano
Susannah Lorenzo
Tejedora de Puentes
Madrugada, 03 de marzo, 2020



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