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Mostrando las entradas etiquetadas como emprendedor

Mejor que nosotros

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Todos hemos caído más de una vez en la comparación, sobre todo cuando crecimos rodeados de adultos que comparaban y nos comparaban: con los vecinos, los primos, los hermanos, los compañeros de escuela e incluso con ellos mismos cuando tenían nuestra edad. La comparación y la falta de autoestima son dos ingredientes que cuando se combinan causan daños y patrones de conducta difíciles de cambiar. Un día crecemos y descubrimos que ese niño de familia perfecta tenía una madre adicta y un padre ausente emocionalmente; la prima que había tenido un matrimonio prolijo había sido infeliz todo el tiempo y había estado en tratamiento psiquiátrico; el abuelo no había sido tan bueno como parecía y la vecina devota había terminado enfermando por no expresar sus emociones. Sin embargo, aunque dejemos de compararnos con familiares y vecinos, nos medimos en logros y éxitos, en número de seguidores o en la forma en que un emprendimiento deslumbra y cosecha clientes. Sobre todo en esas épocas en ...

La huelga que nos separa

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Cuando sos emprendedor/a, no te podés dar el lujo de hacer huelga, piquete o manifestación. No importa que tan justos sean tus reclamos o tan reales sean tus necesidades, solo queda seguir esforzándote y dando lo mejor de vos, deseando que en algún momento, la situación sea más propicia. No podés hacer un reclamo salarial con un aumento del 100%, porque eso significa decidir aumentar los precios/honorarios para equiparar la inflación y corrés el riesgo de quedarte sin clientes. No podés hacer huelga y dejar de trabajar porque no recibiste los pagos que esperabas, no vendiste lo suficiente o lo que cobraste no alcanza para vivir bien, invertir y que te quede ganancia. No podés hacer una manifestación porque no recibis aguinaldo, no tenés vacaciones pagas o tu jefe (Dios o vos mismo) te hace trabajar 12 horas por día y se olvida de fin de semanas y feriados. Cuando sos emprendedor/a cada acción y cada decisión afecta tu vida de manera trascendental y la elección o indiferenci...

De crisis y culpables

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Nací en septiembre de 1964 en San Juan, Argentina.  Crecí escuchando quejas sobre la crisis económica, el gobierno de turno o el gobierno anterior que dejó su herencia de deudas y arcas vacías.  Si no era la culpa del gobierno de turno, había sido la culpa de los colonizadores españoles, de las invasiones inglesas, de los gauchos flojos, de los inmigrantes que vinieron a quitar lo mucho que había en este país para compartir o del país del norte que condiciona las decisiones de muchos gobiernos latinoamericanos. Como descendiente de inmigrantes españoles que escapaban de la guerra, Franco o la hambruna, me crié con ideas de carencia, esperar lo peor y guardar el postre para días de gloria. En mis 54 años no recuerdo una época de bonanza o de ‘no crisis’, siempre hay alguien reprochando que hubo una época mejor. En mi vida adulta, laboral y profesional, mis únicas épocas de bonanza transcurrieron mientras trabajaba para empresas  o universidades extranjeras (ang...