Rastros

 


Nos llevamos el rastro que dejaron los amores, las experiencias y las sensaciones en nuestra Alma.

Nos quedamos con la paz que aprendimos o con las tormentas que nunca resolvimos.

El único lujo que nos pertenece es la libertad de Ser, Sentir y Vivir con un Alma libre y un corazón sin mortajas.

Dejamos como herencia la huella de nuestros besos, el susurro de nuestra voz, las caricias que rozaron otras almas, las semillas que sembramos, las risas que cosechamos y las heridas que inevitablemente causamos.

Habitamos los espejismos que otros crearon sobre nosotros, el recuerdo vívido de quienes nos amaron bien, las pesadillas de quienes pospusieron sus abrazos, el espíritu que desconoce nuestros nombres y el olvido de quienes ya no brindan a nuestra salud.



Somos niebla, polvo de estrella, aliento divino, recuerdo de otras vidas, luces y sombras, plasma etéreo y brisa sutil.

Somos los besos que amaron otros labios y los besos que quedaron rancios en nuestro corazón; somos los silencios que guardamos y las palabras que alcanzaron distancias; somos los abrazos que aliviaron y los huecos vacíos que jamás encontraron consuelo; somos nuestros miedos y nuestras valentías; somos nuestras cobardías y nuestras aventuras; somos nuestros amores y nuestros desamores; somos nuestros gestos de ternura y nuestra indiferencia.

Sobre la tierra húmeda solo permanece un manojo de despojos como carroña de quienes todo toman y no veneran el alma; apenas un puñado de cenizas  que pronto olvidan su identidad.

En el río del tiempo que nunca detiene su curso, flotan a la deriva los momentos que postergamos, las ganas que ignoramos, los impulsos que controlamos, las heridas que no sanamos, los vínculos que negamos, los viajes que no hicimos, las puertas que no golpeamos, las llamadas que jamás hicimos y los sueños que descartamos.

La vida y la muerte se parecen en algo: suceden mientras tú estás ocupado haciendo otros planes.

La vida es hoy.

Elige sabiamente.

Susannah Lorenzo©

Tejedora de Puentes


En memoria de los ‘muertitos’ que buscan mi compañía para transitar el Portal.

En memoria de los ‘vivos’ que olvidan el verdadero sentido de la Vida.


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