¿Quién te ama bien?

 


¿Quién te ama bien?

¿Quién honra tu alma?

¿Quiénes son tus verdaderos amigos?

Muchas personas creen que los buenos amigos son esos que están siempre para las juntadas, los asados, unas buenas cervezas y mucha diversión.

Muchas personas están convencidas de que las personas que las aman bien son las que harían lo imposible para mantenerlas eternamente encarnadas en esta existencia.




Aquellos que están para fiestas y celebraciones, suelen esquivar los trámites desagradables, los detalles incómodos y los olores nauseabundos de un cuerpo en deterioro.  Pero si estarán para las palabras de honor, la peregrinación pública y el obituario en el diario de la ciudad.

Aquellos que aman inmensa y egoístamente y convierten a la persona amada en una razón para vivir, se enojarán con Dios, con la vida e incluso con el mismo muerto, por haberles arrebatado la alegría de sus vidas.  Estarán tan enfocados en su propio dolor y en su padecer, que se aferrarán al cuerpo físico en deterioro y olvidarán ocuparse del alma en transición.




¿Sabes?  Generalmente, la mayoría de las personas fallece sin ser acompañada, sin ser honrada, sin ser celebrada, sin nadie que le facilite el proceso y lo acompañe energéticamente.  Eso causa turbulencias energéticas, confusión, soledad, tristeza y abandono; creo que de ahí viene la expresión ‘almas en pena’.

Existen profesionales de la Tanatología que se dedican a acompañar a los familiares o vínculos afectivos cercanos de los seres a punto de morir o ya fallecidos.  Sin embargo y sin minimizar el duelo de la persona que se queda, es imperioso ocuparse de las energías que quien está abandonando su cuerpo físico y que rara vez recibe guía o acompañamiento, una vez que ya no tiene signos vitales.




Si no sabes específicamente qué hacer, puedes dejarte guiar por tu intuición o animarte a escuchar lo que esa alma tiene para decirte a través de diferentes señales.  Sin embargo, mis consejos son:

  • Respeta la voluntad expresada por la persona mientras estaba viva, respecto a cómo deseaba su muerte; cómo deseaba que sus restos fueran tratados o cómo quería ser recordado y celebrado.
  • Enciende una vela blanca y un sahumerio o incienso, el copal es ideal para conectar con los espíritus.  Invoca siempre a Dios y a tus Guías Protectores.
  • Reza un rosario, recita un mantra, repite una plegaria o consagra una oración para la paz de esa alma y para una transición amorosa del Portal.
  • Imagina su ser bañando en luz pura y blanca, dejando atrás cualquier dolor, herida sin sanar, perturbación mental o trauma emocional.



Susannah Lorenzo©

Tejedora de Puentes

Te invito a leer y escuchar más:

·         Del Blog de Ejercicios Pensantes: Rastros

·         Doña Muerte – La historia favorita de muchos, de mi libro Cuentos Terapéuticos – Tomo I

·         Entrevista a Selene Guillén Muñoz – Lic. Criminalistica y Criminologia - Tec. Tanatopracxista y Tanatoestica ( Tec. Embalsamador)








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