La libertad que nos enfrenta
Mis Blogs o mis canales en YouTube nunca han sido un espacio de debate. Tampoco intento imponer mis ideas o convencerte de algo. Simplemente, reflexiono en voz alta y te invito a reflexionar, para que encuentres tu propia voz más allá de lo que imponen las masas, las grandes corporaciones o los hijos del poder.
Siempre he
ido a contramano, siempre he pensado fuera de la caja como se dice en inglés,
siempre he buscado respuestas allí donde no debía y siempre he cuestionado lo
que aparenta algo que en verdad no es así.
Se diría que
soy como Truman en la película El Show de Truman / The Truman Show; buscando
dónde termina el verdadero horizonte y desenmascarando a los titiriteros del
sistema. Podría ser como Neo en la
película La Matrix, solo que no aceptaría jamás una píldora de alguien que usa
gafas oscuras y no me deja ver su alma a través de su mirada.
Haber
trabajado en los medios (radio y prensa gráfica) me ha permitido descubrir
cómos se manipula, se censura o se transforma ‘la verdad’ para conveniencia de
unos pocos. Haber trabajado en el ámbito
médico me llevó a conocer un manejo de números y estadísticas que nada tenían
que ver con la salud de los pacientes. Desde
esa experiencia me animo a invitarte a que mires en perspectiva, fuera del
micro cosmos, como si fueras un espectador de otra galaxia.
¿Te has dado
cuenta que las mujeres constituyen la fuente principal de ingresos económicos
de las grandes empresas farmacéuticas y de la industria médica? ¿Te has puesto a pensar que todo el sistema
está diseñado para cuidar la enfermedad y no la salud? Es decir, es mucho más redituable un enfermo
de cáncer que una persona sana. Suena
cruel, pero en verdad las enfermedades se sostienen y perpetúan a través de
intereses mezquinos que priorizan sus ganancias.
¿Por qué
digo que las mujeres somos el pez gordo que pescan las industrias
farmacéuticas?
- Hemos
pasado más veces por un quirófano que la mayoría de los hombres.
- La
infinita variedad de anticonceptivos que se ofrecen en el mercado son una
prueba de lo redituable que somos para el sistema.
- Los
efectos colaterales de las pastillas anticonceptivas nos llevan a consumir
medicamentos para el hígado, los riñones, el sistema hormonal, el sistema
cardíaco y otras tantas dolencias.
- Nuestras
numerosas enfermedades femeninas (sin cura aparente) nos llevan a consumir
regularmente analgésicos y anti-inflamatorios.
- Cada
una de las intervenciones quirúrgicas a las que una mujer es sometida como
práctica normal, desencadena una serie de consecuencias en su metabolismo, en
su sistema nervioso y en su salud, que la convierten en una persona dependiente
de algún o varios medicamentos.
¿Qué pasaría
si las mujeres aprendiéramos desde pequeñas a sanar nuestras emociones,
conectar con nuestros ciclos y equilibrar nuestras energías? Sí, algunas pocas mujeres mantienen su salud
de esa manera, pero no creo que el porcentaje alcance al 10%.
¿Qué pasaría
si el control de natalidad no recayera obligatoriamente sobre las mujeres? ¿Por qué se siguen usando métodos
anticonceptivos que perjudican notablemente la salud del cuerpo femenino?
El título de
este artículo habla de la libertad que nos enfrenta, porque hay un gran debate
desde hace algunos años, por turno en diferentes países, sobre la libertad de abortar. Y ese debate nos enfrenta como mujeres,
debilitándonos y dejándonos a merced de la voluntad del patriarcado y del
sistema de ‘salud’ que no se interesa realmente por el verdadero bienestar de
las personas. Un sistema que se interesa
por la salud, no sería redituable y no tendría hospitales saturados con
pacientes con enfermedades crónicas o terminales.
Lo que yo
siento o pienso sobre el aborto, no es importante; en realidad, debería ser algo
que cada persona guarde para sí. Cada
quien cree en lo que cree y no tiene porque debatir o intentar convencer a
alguien de que piense de la misma manera.
Eso es libertad, respetar las posturas, creencias e ideología de otras
personas, sin intentar cambiarlas.
Sin embargo,
yo me pregunto: ¿es más libre la mujer si puede practicarse un aborto cada vez
que lo necesita o lo desea? ¿Es más
libre la mujer que elige continuar con su embarazo?
En lo personal,
creo que, como mujeres, no hemos ganado libertad. Libertad sería que pudiéramos disfrutar de
nuestra sexualidad y nuestra vida reproductiva sin la intervención de
decisiones patriarcales, sin tener que poner en riesgo nuestra salud física,
emocional y mental. Es decir, haber
ganado en libertad femenina, sería que el control de natalidad recayera sobre
el hombre, que tiene un sistema hormonal menos complejo. ¿Suena revolucionario? ¿Qué pasaría si cada hombre en edad de
merecer fuera obligado a hacerse una vasectomía reversible? ¿Qué pasaría si cada abusador o violador
fuera castrado ‘de prepo’ y sin previo aviso, como hacemos con nuestras
mascotas? ¿Por qué seguimos
sometiéndonos a la voluntad del sistema y de una industria que nos utiliza pero
no nos respeta? ¿Por qué aceptamos que
nos traten como un pedazo de carne sobre una mesa de quirófano, sin considerar
todo lo que se afecta en un procedimiento?
No importa cuál sea la elección, siempre salimos perdiendo, siempre es nuestro cuerpo el que sufre las consecuencias. Cualquier procedimiento invasivo que altere el funcionamiento natural del cuerpo femenino, causará trastornos físicos, hormonales, emocionales, nerviosos y energéticos.
Aceptamos las
indicaciones de un médico, porque sabe más que nosotras, porque estudió en un
par de enciclopedias algo que nunca vivirá en su cuerpo. Puede imaginar algo desde su nivel mental y
racional, pero el funcionamiento de un cuerpo masculino es totalmente diferente
al funcionamiento de un cuerpo femenino.
Se nos ‘vende’
el beneficio médico de la eliminación del síntoma, del alivio temporal de la
dolencia que sufrimos, pero no se nos advierte de las consecuencias, de los
efectos secundarios y los malestares o dolencias físicas que se desencadenan a
partir de una ‘solución’.
- Una
histerectomía puede causar trastornos hormonales, menopausia, prolapso, artrosis,
osteoporosis, desórdenes emocionales y nerviosos y desequilibrio energético.
- Una
cesárea puede producir alteraciones de los órganos pélvicos, dificultades en el
funcionamiento intestinal y/o urinario, lesiones internas que endurecen y
ocasionan dolores crónicos; desórdenes emocionales y nerviosos y desequilibrio
energético.
- La
ingesta prolongada de anticonceptivos
puede causar: problemas cardíacos, deterioro del hígado y los riñones,
hipertensión, desequilibrio hormonal, desconexión de los ciclos naturales con
la luna, problemas de sobre peso, cáncer, nódulos, problemas en la piel,
desórdenes emocionales y nerviosos y desequilibrio energético.
- La
inserción de dispositivos intrauterinos puede causar: infecciones del
endometrio, dolores crónicos, alteración de los tejidos, alteración del sistema
hormonal, rechazo del organismo, absorción de los componentes a través del
tejido del endometrio.
- Un
aborto puede causar infecciones, alteraciones del suelo pélvico, daños en el
endometrio, desórdenes emocionales y nerviosos y desequilibrio energético.
Una mujer
que es sometida a una histerectomía, debería ser acompañada terapéuticamente
luego de la cirugía. Los efectos
secundarios pueden durar años o toda la vida si no ha hecho el proceso
energético y emocional de sanación.
Una mujer
que elige realizarse un aborto, debería recibir los recursos necesarios para
gestionar sus emociones y equilibrar su sistema energético.
Tanto en sesiones de Tarot Evolutivo como en consultas de Talleres Terapéuticos, he acompañado a mujeres que habían sufrido alguna de las dos intervenciones y en el caso del aborto, más de una vez.
Puede que a nivel consciente, la mujer lo considere ‘un trámite’, un
procedimiento tan trivial como sacarse una muela o cambiarse el color de pelo;
pero las huellas y emociones que guarda el subconsciente son mucho más
profundas de lo que se puede creer.
Energéticamente nuestro útero es la usina de energía creadora (no solo
para la maternidad, sino también para cualquier proyecto de vida), y a través
de él corren meridianos energéticos que mantienen el equilibrio energético y
emocional de todo nuestro sistema.
Nuestro útero guarda memorias de nuestra madre, de nuestra abuela
materna y de todas las experiencias emocionales, traumáticas o sexuales que
hemos tenido en nuestra vida.
Por eso, la manipulación del útero, debería ser un procedimiento tan cuidadoso como quien sostiene un cáliz de cristal precioso, una orquídea recién florecida o el templo sagrado donde los devotos se descalzan y se postran.
Aún falta
para que la medicina tradicional incorpore los conocimientos ancestrales, la
armonización de los chakras y los meridianos energéticos como práctica
complementaria para poder aliviar o intentar curar a una persona enferma. La medicina china reconoce los meridianos y
la importancia de las energías en el equilibrio de nuestro metabolismo. Los chamanes saben que no hay salud física
posible sin una conexión sana con el alma de la persona. En algunos hospitales, ya se permiten las
prácticas de Reiki, pero son casos excepcionales.
Mientras
tanto, somos nosotras las que debemos sostener, defender y poner en valor el
respeto de nuestro cuerpo, de nuestras emociones, energías y nuestra Alma.
A pesar de
la modernidad, la tecnología, los descubrimientos científicos y el acceso al
conocimiento, el número de personas con enfermedades crónicas crece cada año.
Terminamos
siendo esclavos del sistema cuando buscamos la salida fácil, la promesa de la
pastilla mágica que nos cure sin esfuerzo ni tardanza.
El verdadero camino de sanación comienza por dentro, cambiando nuestro estilo de vida, tomando decisiones de forma consciente y aprendiendo a gestionar nuestras emociones y reconocer nuestras heridas desde la sombra de nuestro subconsciente.
Si conoces a
una mujer que consideras que ha tomado una decisión equivocada, no la juzgues. Simplemente, prepárate para acompañarla y
contenerla desde el amor, el respeto, la empatía y la compasión.
Susannah Lorenzo
Tejedora de
Puentes
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