Enojo justificado

¡Hay tanto enojo justificado!  ¡Hay tantas personas enojadas, profundamente invadidas por la bronca!

Se puede sentir en el aire,  un tufo denso que nubla los sentidos, que agobia las espaldas y perturba las mentes.

Las redes sociales se han convertido en una cloaca donde las personas descargan sus pestilencias, usando espacios propios y ajenos, ejerciendo su supuesta libertad de expresión, sin importar el nivel de agresión que ejerzan sobre determinados Seres humanos o la propagación de energías que se vuelven un caldo que todos compartimos.




Sí, lo sé, todos nos enojamos; todos tenemos razones, excusas o justificaciones para estar enojados.  Sin embargo, una vez que reconocemos lo que ha disparado esa emoción y somos capaces de aceptar que parte de lo que nos enoja vive en nuestro interior, es tiempo de buscar recursos efectivos para transmutar esa energía.

El enojo grupal, colectivo, social y mundial sólo lleva a distanciamientos, enfrentamientos, guerras y generalizaciones que terminan colocando en la mira de un arma letal un inocente que tuvo la desgracia de nacer con cierto apellido o cierta nacionalidad.

Me alejo de las personas que vociferan, insultan, agreden, juzgan y condenan como si así pudieran imponer sus creencias y como si, al final de cuentas ellos fueran dueños de una verdad absoluta, impoluta y acertada.

Me alejo de las noticias, los canales, las cuentas de redes sociales y los divulgadores que no hacen más que atizar el fuego, arengar a las masas y colonizar las mentes de sus lectores y seguidores con los sentimientos más bajos y más densos de la humanidad.




Creo que la pregunta es: ¿voy a cambiar algo con mi enojo y mi furia desmedida? No creo.  Cualquier expresión agresiva, cualquier acto de violencia manifiesta o encubierta, no hace más que alimentar las huestes oscuras de quienes buscan controlar a partir del miedo.

El único camino hacia la paz y el equilibrio es el Amor, y ese amor comienza por casa, por nuestro propio Ser y la forma en que miramos y respetamos a quien nos habla cada día.

No se trata de tener razón. Se trata de tener paz.

No se trata de gritar.  Se trata de escuchar.

No se trata de juzgar.  Se trata de comprender empáticamente.

No se trata de imponer.  Se trata de mostrar desde ejemplo cotidiano lo que quieres para tu vida y la vida de otros.

Repasando mi Blog de Ejercicios Pensantes, me doy cuenta que hay situaciones  que se repiten, y sobre todo, empeoran con el tiempo.

Las crisis mundiales son puntos de inflexión creados energéticamente para la evolución de la humanidad.  ¿Cuánto duró el aprendizaje que supuestamente dejo la Pandemia 2020?  Es increíble que después de todo eso que vivimos, muchos países y sociedades estén aún peor en cuanto a relaciones, vínculos, respeto y actitud.

Justamente al final de ese año, escribí sobre la actitud que muchos ciudadanos tenían en mi país.

Subí hace poco un Mensaje de Paz a mi canal principal de YouTube, que creo que vale tomarse el tiempo de ver cada semana, compartir y difundir.




Sé que somos muchos los que buscamos sembrar verdaderos mensajes de paz, amor y compasión.  Cuando hablo de verdadero, significa que vivo ese mensaje, desde cada palabra, cada actitud, cada publicación y cada pensamiento que creo.

No importa si las personas enfurecidas, enojadas o agresivas son muchas más, elijo no enfocarme en eso.  Sé que en el fondo de sus corazones hay un pozo profundo lleno de oscuridad, amargura, frustración y múltiples heridas sin sanar.  No los juzgo, no puedo cambiarlos, ni persuadirlos, ni sanarlos, no me corresponde.

El enojo nace siempre de nuestra necesidad de controlar todo lo que sucede y las personas que nos rodean.  El aprendizaje está en aceptar que lo único que podemos controlar son nuestras emociones, nuestros pensamientos y nuestras acciones.  Lo demás es parte del karma que cada persona o grupo de personas elige vivir consciente o inconscientemente.


En inglés hay un dicho: ‘Not my circus, not my monkeys.’ No es mi circo, no son mis monos.  Justamente, hay una expresión para la mente inquieta: ‘monkey mind’, mente de mono, sería esa mente que se comporta como un mono chillón, que salta de un lado a otro, creando caos y alterando nuestros sentidos.  Hay un video que explica cómo funciona esta mente de mono, está en inglés, pero tiene los subtítulos en español.

Desperdicié demasiados años de mi vida, gran parte de mi salud y de mi equilibrio mental, dejándome atrapar por tormentas ajenas, subiéndome a trenes justicieros que no llevaban a ninguna parte y sobre todo, permitiendo que los miedos y prejuicios de otros colonizaran mi mente.

Puentes- Enfoque Integral,  nació hace casi 7 años, como un espacio para compartir mi aprendizaje y brindar recursos a quienes están comenzando a despertar y aprendiendo a ejercer conscientemente su libertad de pensar y sentir.

 


Audio recomendado de una escritora y divulgadora que me gusta escuchar

Contenidos de Puentes  para acompañar tu Sendero Espiritual

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