Sobre perros y ovejas
Cada vez que paso meses sin vender un libro, me consuelo pensando que los grandes escritores murieron pobres y solos, y que su reconocimiento y su fama llegaron después de su muerte; o me cuelgo del dicho que dice: ‘nadie es profeta en su tierra’ . Una no escribe para ser famosa, aunque sueñe que sus libros sean aceptados por una editorial y vendidos en todo el mundo. En realidad, lo que todo escritor necesita es ser leído, sentir que sus textos viven en el corazón del lector y respiran en su mirada. Lo mismo sucede con quien pinta cuadros o hace esculturas; queremos que nos hagan un lugar en sus casas, en sus corazones y en su tiempo. Sin embargo, en una era tan ‘individualista’ donde cada quien se ocupa sólo de sí mismo, el individualismo no es más que una fachada para justificar la indiferencia, la falta de compromiso y la incapacidad para relacionarse profundamente con los otros. Este falso individualismo que hace que cada quien se ocupe sólo de...